¿Qué es el Yoga?
Por Ilde Leyda (*)
Resulta incuestionable que el yoga está de moda y que, de unos años a esta parte, goza de una popularidad en todo el planeta que no creo que llegaran a imaginar los grandes yoguis pioneros – Vivekananda, Yogananda, por ejemplo – en su exportación de la India a Occidente, especialmente a los Estados Unidos, hacia finales del siglo XIX y comienzos del XX.
Pero, ¿qué es el yoga realmente?
Sabemos que demasiadas veces la popularidad conduce inexorablemente a la superficialidad y a la devaluación, a la pérdida de la verdadera esencia y del rigor en pos de aquello que fácilmente pueda atraer, agradar a un mayor número de personas.
El yoga, en palabras de TKV Desikachar, el brillante profesor de profesores, es aquel movimiento por el cual alcanzamos un punto que no habíamos alcanzado antes y a la vez actuar con plena conciencia y con total atención en cada uno de los múltiples momentos que conforman nuestro día a día.
El yoga es, en realidad, muy amplio, inabarcable. Y lo habitual es comenzar con las prácticas físicas, que es lo que suele encontrarse la gente cuando acude a las clases de yoga: las âsanas. Además, normalmente en estas sesiones se practica también un poco de prânâyâma, ejercicios respiratorios. Pero, siendo estos apartados vastísimos, riquísimos y fundamentales, solamente incluyen los aspectos más visibles y reconocibles exteriormente del yoga para quienes no se han adentrado más en este método milenario de cuidado y mejora personal.
Los beneficios de la práctica del yoga son tantos y de tanto valor que resulta difícil determinar por dónde empezar a mencionarlos, pero sucintamente:
- A nivel físico se trabaja a conciencia y con precisión por mejorar el funcionamiento, la salud del sistema digestivo, del respiratorio, del circulatorio, del nervioso, de cada uno de los músculos del cuerpo humano, de las glándulas…
- A nivel mental / psicológico se desarrollan hasta límites literalmente increíbles la capacidad de atención y de concentración, el equilibrio mental, la tranquilidad, la destreza tanto física como mental, la capacidad de aprendizaje, el bienestar emocional, la seguridad en uno mismo…
- Como consecuencia de todo esto la persona va experimentando progresivamente un aumento de su energía tanto física como mental y de su vitalidad en todos los sentidos.
Y, ya para acabar, ¿quién puede practicar yoga? Cualquier persona independientemente de su condición física, edad, mentalidad o cualquier otro aspecto puede practicarlo si da con el profesor capaz de adaptar adecuadamente las infinitas técnicas del yoga a las características y condiciones de esa persona en concreto.
(*) Profesor de Yoga.