Raúl Soliveres: “Irme al extranjero fue una decisión difícil pero también lo será volver y, sobretodo, acertar cuándo”

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  • Raúl Soliveres: “Irme al extranjero fue una decisión difícil pero también lo será volver y, sobretodo, acertar cuándo”
  07/05/2022
“Me seducía la cultura oriental y en Corea del Sur me he desarrollado como persona”

 

DÍDAC VENGUT

 

Raúl Soliveres Cabrera, de Benissa, estudió Ingeniería Eléctrica en la Universidad de Elche. Cuando terminó, le ofrecieron hacer prácticas pero muy mal pagadas porque, según cuenta, ganaba más dinero de camarero. Ante la falta de oportunidades, y como otros muchos jóvenes, decidió cruzar los Pirineos y buscar suerte para ganarse la vida. Y no se arrepiente, ni mucho menos, porque le ha ido bien. Ahora tiene un trabajo fijo, ha viajado por todo el mundo y, lo más importante, ha conocido nuevas culturas y se ha desarrollado como persona. Se ha marcado un plazo máximo de cinco años para regresar a España, con una maleta llena de experiencias en todos los sentidos. Pero si difícil fue irte, también lo será el regreso, según nos cuenta.

 

PREGUNTA: ¿Por qué decidió marcharse al extranjero?

            RESPUESTA: No estaba muy motivado, no veía muchas oportunidades y decidí marcharme a Dublín, donde estaba mi hermana, para mejorar mi inglés. Trabajé allí de camarero y empecé a buscar ofertas de trabajo por toda Europa.

            P: Hasta que dio en el clavo y no dejo escapar la ocasión, ¿no es así?

            R: Sí, envié una solicitud a una multinacional alemana, Trumpf, con la que sigo todavía hoy. Pasé una primera entrevista a distancia y luego una segunda ya cara a cara. Era noviembre de 2017 y me ofrecieron incorporarme a la empresa en enero de 2018.

            P: ¿Y cuál es su labor en esta multinacional alemana?

            R: Se dedica a la fabricación de máquinas láser industriales. Yo me encargo de un modelo en exclusividad y la desarrollo, controlo la instalación, el servicio post-venta, etc. Trabajamos en el sector de los semiconductores, un elemento tecnológico que tiene muchos usos y, por tanto, mucha demanda.

            P: ¿Y por dónde se mueve?

            R: Estuve un año y medio por Alemania, Holanda, Bélgica, Estados Unidos, etc. Luego me ofrecieron un destino ya fijo en Taiwán o Corea del Sur.

            P: ¿Y cuál eligió y por qué?

            R: No lo pensé dos veces porque me encanta la cultura oriental, soy un gran apasionado. Elegí Corea del Sur. Me he movido por todo el país pero, sobre todo, por las ciudades de Seongnam, Suwon, Pyeontaek e Icheon.

            P: Entonces, si cuadramos fechas, la pandemia del COVID-19 le pilló por tierras coreanas, ¿cierto?

            R: Sí, correcto, y muy cerca de dónde surgió todo. Al principio, los europeos estaban tranquilos porque pensaban que no les llegaría y luego la pandemia se extendió a nivel mundial.

            P: ¿Y cómo vivió la expansión del virus por Corea?

            R: Al principio con incertidumbre y un poco asustado. En las primeras semanas, la comida se acababa en los restaurantes y en los supermercados. La verdad es que me sentí muy respaldado por la empresa en todo momento y me facilitaron todo lo necesario. Allí se tomaron medidas muy serias y duras. Allí está todo abierto las 24 horas y, con la pandemia, todo se cerraba a las 21 horas y esta medida ha estado vigente hasta hace poco. Yo no me contagié pero sí que tuvo una influencia directa en mí.

            P: ¿A qué se refiere en concreto?

            R: Bueno, decidí que, una vez se terminara el contrato, regresaría a Europa. Hay prioridades y, para mi, la familia es esencial y por eso quería estar más cerca de ellos. Podría haber seguido pero ahora estoy en Alemania. La empresa siempre me ha dado facilidades en este sentido.

            P: En todo caso, ¿cómo valora la experiencia de su paso por Corea del Sur?

            R: Muy bien porque me apasiona conocer culturas nuevas y me atraía mucho la idea. Practico taekwondo desde pequeño, había estado allí un par de veces y me encanta la gastronomía y la gente. Y, además, para mi era un reto muy grande a nivel profesional.

            P: Y supongo que también a nivel personal porque es una cultura muy opuesta a la nuestra.

            R: Sí, quería desarrollarme profesionalmente pero también como persona. Aprender idiomas –ahora hablo inglés, coreano y un poco de alemán-, y conocer gente nueva. Es una cultura moderna pero, a la vez, tradicional. La gente es muy estricta, muy responsable y están muy desarrollados tecnológicamente. Lo que más les gusta es el karaoke y los extranjeros somos muy bien recibidos. Es gente muy disciplinada, estudian mucho desde pequeños porque saben que necesitan estar bien formados porque hay mucha competencia para buscar un trabajo o ir a la universidad.

            P: ¿Es cierto que todo el talento se marcha fuera?

            R: No, no lo creo. Hay gente muy válida aquí. Ahora bien, a mi me gustaría, por ejemplo, que aquí, en la Comunitat Valenciana, se desarrollará más la industria y no solo el sector servicios. Hay que poner las cosas más fáciles para la apertura de nuevas empresas y tener una ilusión, una puerta abierta, cuando terminas la carrera. Pero no es así, no hay facilidades de ningún tipo.

            P: ¿Tiene pensado regresar a España o lo ha descartado definitivamente?

            R: No, regresaré. Me he dado un plazo de unos cinco años y con 32 o 33 años volveré. Bueno, son planes de futuro, previsiones. Si fue duro dar el paso y marchar, también lo será poner fecha para volver y, sobre todo, cuándo hacerlo. No estoy buscando nada todavía y me limitó a disfrutar con lo que hago.

            P: En todo caso, cuando puede lo vemos por Benissa. ¿no es así?

            R: Sí, en fechas señaladas. En Navidad, en verano, en los cumpleaños y ahora, por ejemplo, con las fiestas.

            P: Supongo que el cambio o el contraste es muy fuerte.

            R: Sí, ahora veo cosas de diferente manera y aprecio pequeños detalles que antes pasaban desapercibidos. Por ejemplo, el pan y el aceite de casa, una paella y cosas así. Y nuestro ambiente, alternar con la gente, quedar en un bar para hablar, etc.

            P: Por lo que cuenta, no se arrepiente de nada.

            R: Para nada. Yo no buscaba ni ganar mucho dinero ni estar en una empresa grande. Mi objetivo era coger experiencia de vida, más que otra cosa, y estoy muy satisfecho. Mi ritmo de vida es muy intenso, viajo mucho, tengo muchos cambios y eso a mí me gusta. Es una cuestión de mentalidad, hay que tomar decisiones y creo que todo el mundo puede hacerlo. De hecho, lo recomiendo, siempre que tengas un objetivo claro en tu vida. Yo quería desarrollarme como persona y lo he conseguido.

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