Relajantes naturales
13/02/2014
??INÉS ROIG (*)
Hay plantas que actúan de modo parecido a los medicamentos que habitualmente se recetan como tranquilizantes. ¿Son un buen sustitutivo? Es cierto que no tienen los efectos secundarios de los fármacos, pero también pueden presentar contraindicaciones.
Valeriana. Su efecto ansiolítico se ha demostrado en numerosas ocasiones, siendo eficaz para conseguir un estado de relajación y favorecer el sueño en personas que padecen insomnio. Se utiliza como tranquilizante suave en casos de nerviosismo, intranquilidad, insomnio y en estados de ansiedad y tensión. También se administra en casos de dolores gastrointestinales de origen nervioso. Sin embargo, su uso prolongado crea dependencia. Además, está contraindicada en embarazo y lactancia. Tampoco es recomendable en el caso de querer combinar con la ingesta de barbitúricos, Benzodiazepinas, antihistamínicos y alcohol.
Amapola de California. Es una planta con propiedades hipnótico-relajantes, muy utilizada e combatir el insomnio en niños y ancianos porque posee una acción suave y persistente sin provocar estados de depresión. Se suele encontrar asociado a otras plantas tranquilizantes. Ayuda a reducir la ansiedad leve y contribuye a controlar el nerviosismo excesivo, así como la irritabilidad y los estados de estrés. También se utiliza para calmar la tos y las irritaciones de garganta, que en ocasiones pueden estar asociadas a la tensión nerviosa. Además puede ser útil para aliviar jaquecas y calambres musculares, y se considera un buen apoyo para evitar o reducir la hipertensión. Carece de toxicidad y no presenta riesgos de crear dependencia pero no se recomienda su uso en embarazadas y en lactantes. También se aconseja precaución en el caso de estar consumiendo antidepresivos, en pacientes con trastornos en la tensión y totalmente contraindicado en pacientes con glaucoma.
Pasiflora. Proporciona un efecto relajante, hasta el punto de que hay quien lo considera tan eficaz como el Valium® pero sin los efectos secundarios de este. Disminuye la ansiedad y está indicada como tranquilizante, especialmente en casos de insomnio, palpitaciones y trastornos nerviosos. Dosis elevadas de pasiflora pueden ocasionar nauseas y vómitos. Está contraindicada en embarazo, lactancia y en niños menores de dos años.
Tila. Ayuda a relajar la tensión nerviosa y el insomnio. Su acción también es ideal como relajante muscular. Está indicada en casos de angustia, ansiedad y excitación, así como para aquellos síntomas derivados de la alteración del sistema nervioso. No debe tomarse conjuntamente con fármacos anticoagulantes, ni consumirla más de treinta días seguidos.
Manzanilla. Es una de las pocas plantas que pueden suministrarse a un bebé. Por su acción tranquilizante suave y su efecto antiespasmódico, se utiliza para aliviar al recién nacido del cólico del lactante, así como en los casos de trastornos digestivos de origen nervioso.
Espino albar. Tiene un poder tranquilizante mayor que el de la valeriana y la tila. Se utiliza para el estrés, la ansiedad y otros trastornos nerviosos, así como los relacionados con el sistema cardiovascular. Con hipertensión arterial sólo consumir bajo supervisión médica. Su ingesta durante periodos prolongados o dosis altas puede causar toxicidad hepática y problemas respiratorios y cardíacos.
También en los alimentos se encuentran sustancias que ayudan a relajar o a equilibrar el sistema nervioso. Entre ellos destacan el magnesio, el triptófano y algunas vitaminas del complejo B.
El magnesio es un tranquilizante natural que ayuda a mantener el sistema nervioso compensado. Se puede encontrar en cantidades significativas en frutos secos como almendras, avellanas, pistachos y nueces; en cereales como el trigo y el arroz y también en legumbres como los garbanzos, las lentejas, las alubias y la soja.
El triptófano es un aminoácido necesario para regular la segregación de Serotonina y Melatonina, asociadas a la inducción del sueño y al relajamiento. Está presente de forma significativa en el pollo, los plátanos, las fresas, huevos, dátiles, cacahuetes, chocolate, cereales integrales...
Y las vitaminas del complejo B desempeñan un papel importante en el alivio del estrés. Sobre todo la del grupo B1 y B6, presentes en el germen de trigo y la cerveza.
(*) Farmacéutica