Restaurante Mena, más de sesenta años haciendo arroces y tirando cañas
Decir que el Restaurante Mena es un referente en Dénia no es nada nuevo. Durante más de 60 años, la familia Mena ha abierto los brazos desde su negocio a nativos y visitantes para ofrecerles lo mejor que sabe hacer -sus arroces, su marisco y otras exquisiteces de la buena cocina de la Marina Alta- y al mismo tiempo, casi sin proponérselo, hacer de su establecimiento algo más que una buena casa de comidas. Su carisma, su talante acogedor, su valentía y constancia en tiempos difíciles, su hacer afable y su bonhomía se han traducido en un prestigio merecido y en la lealtad de sus clientes, por quienes lo han dado y lo siguen dando todo. Es algo recíproco que se da también con los proveedores. Esta misma semana, la familia hostelera del Restaurante Mena ha recibido un homenaje por parte del grupo Heineken y Torres Distribución por una fidelidad que se traduce en más de 60 años de relación comercial, algo muy difícil de conseguir en un mercado tan competitivo como el actual.
La estrecha relación con el grupo de bebidas se remonta al año 1957 con el mítico bar Monterey, que regentaba Diego Mena Llorca en la calle Marqués de Campo. A él se refirió Alejandro Vázquez, representante en la zona de El Águila, como “un visionario” que dos años después, en 1959, abriría junto a su mujer -María Cuesta Llidó- y sus tres hijos el merendero del final de Les Rotes. Empezó siendo una barraca de cañizos conocida popularmente como Casa l’Olivero, donde se hacían principalmente paellas a leña. Las hijas, Maruja y Vicenta, estarían en la cocina y allí, con tan solo 15 años, el hijo del matrimonio Mena Cuesta, Diego, empezaría una relación con la hostelería que lo convertiría en el alma mater del negocio familiar. Poco después se incorporaría al equipo de cocina Josefa Larrosa Navarro, La Murciana, su esposa. Con la elaboración de buenos arroces, productos del mar y platos de la cocina mediterránea, y sin olvidar todo lo que aprendió de su suegra, seguiría al frente de los fogones durante 45 años.
Hoy en día son los hijos de Diego y Fina -María del Mar, Mónica, Natividad y Diego, cabeza visible del Restaurante Mena- quienes dirigen el barco, como a ellos les gusta llamar a este puntal de la oferta gastronómica de Dénia, esa que tanto han contribuido a fortalecer.
Dijo Vázquez que el restaurante sigue siendo una casa de acogida “vengas de donde vengas”, lo que corroboró el director de Heineken, Javier Prat, al remarcar los lazos de unión entre el grupo de bebidas y Mena. Estuvo también presente la gerente de la Asociación de Empresarios de Hostelería y Turismo de la Marina Alta (AEHTMA), Reme Cerdá, quien felicitó a una familia trabajadora que se ha esmerado en ofrecer “el mejor producto, la mejor calidad y el mejor trato” y ha contribuido con ello a hacer de Dénia un destino turístico y gastronómico de primer orden.
Diego Mena Larrosa habló de una relación “cercana, de amistad y sincera” con las familias Ripoll primero y Torres después, encargadas de la distribución de las bebidas del grupo. Hubo anécdotas y recuerdos, con la figura de Diego l’Olivero, como todavía algunos se refieren a su padre -que por algo fue nombrado hijo adoptivo de la ciudad-, planeando en la conversación. Y una tajante afirmación por parte de su hijo antes del brindis: “Durante más de 60 años el grifo de esta cerveza ha estado ahí y seguirá hasta que el Mena cierre”. Porque el Mena, vale la pena.