Dr. MARIANO MARTÍN-LOECHES DE LA LASTRA (*)
Tras la aparición de dos casos de madres con muestras de leche con presencia de SARS-CoV-2, se analizaron los efectos sobre el recién nacido. En el primer caso el positivo de coronavirus en la madre se produjo a los 10, 12 y 13 días postparto. Mientras que el recién nacido obtuvo el positivo para SARS-CoV-2 a partir del décimo día, con síntomas leves y transitorios.
Sin embargo, los autores de la investigación no pueden asegurar si la ruta de infección fue la lactancia u otra ruta desde su madre infectada. En el segundo caso descrito, la positividad de PCR en muestras de leche materna, llegó al segundo día tras el nacimiento. Mientras que la clínica del recién nacido fue tras el nacimiento prematuro, cursando también de forma leve y transitoria.
Desde Sanidad recuerdan que la lactancia materna proporciona muchos beneficios. Entre ellos, el potencial paso de anticuerpos madre-hijo frente al SARS-CoV-2. Por esto, dada la evidencia actual, recomiendan el mantenimiento de la lactancia materna desde el nacimiento. Eso sí, siempre que las condiciones clínicas del recién nacido y su madre lo permitan. Deberán mantenerse medidas para la prevención de infección por microorganismos transmitidos por gotas y por contacto.
Por otro lado, el documento ministerial señala que tanto la OMS como Unicef y la Academia de Medicina de Lactancia Materna (Academy of Breastfeeding Medicine), también aconsejan mantener la lactancia materna; tanto para casos de madres con infección confirmada como probable. Para ello, deberán mantenerse medidas para la prevención de infección por microorganismos transmitidos por gotas y por contacto. En casos de madres con enfermedad grave se recomienda ayudar a la madre para la extracción de la leche.
En los casos de madres lactantes fuera del periodo postnatal inmediato y que se infectan o hay sospecha de infección por SARS-CoV-2 aconsejan “extremar las medidas de aislamiento y seguir amamantando al neonato”. Otra opción que contemplan los expertos es hacer una extracción de la leche tomando las máximas precauciones de aislamiento y que ésta se administre al neonato por un cuidador sano.
Por último, en el documento se indica que la decisión final sobre el tipo de alimentación del recién nacido deberá consensuarse entre la paciente y el equipo tratante. Y lo harán en base a los conocimientos científicos de cada momento y el estado de salud de la madre y el recién nacido.
(*) Especialista en Ginecología y Obstetricia.