Seis años de cortometrajes en Teulada
Siempre se ha dicho que las mejores esencias se guardan en frascos pequeños. Y uno de estos formatos son los cortometrajes, donde se cuentan breves historias y hay que desarrollarlas en profundidad. Dicen los entendidos que los cortos son perfectos para los directores que buscan mayor libertad creativa porque no van detrás de una gran recaudación sino, más bien, quieren mostrar su obra audiovisual. Los cortos han ganado en popularidad y, incluso, tienen su espacio en Oscar. Además, hay festivales monográficos y hay un par de ejemplos aquí, en la Marina Alta. Hoy hablamos de la VI Muestra de Cortos de Moscatel de Teulada, que se cerró domingo con la entrega de los premios.
La VI Muestra ha llegado bien pero tarde en el tiempo porque se aplazó a causa de la pandemia sanitaria. Por eso, en el 2022 habrá dos convocatorias, la de febrero y la de agosto, la de siempre, vaya. Los dos cortos más galardonados ahora han sido Stanbrook y El vestido de novia, una vez acabadas las tres sesiones de proyecciones de los 18 finalistas seleccionados en la sala principal del Auditorio Teulada Moraira.
Stanbrook, del valenciano Òscar Bernàcer, está ambientado en mayo de 1936 al puerto de Alicante cuando había miles de refugiados de la guerra civil que buscaban un barco para huir. El corto ha conseguido el premio de mejor temática libre, dotado con 300 euros, y el de mejor dirección, con 250 euros. Por su parte, El vestido de novia, de Enrique Muñoz ,trata sobre la violencia de género desde el punto de vista de una mujer mayor que narra su propia experiencia. Ha recibido el premio Uno por la igualdad, dotado con 300 euros, y el de mejor interpretación, para la actriz Luisa Gavasa. El resto de galardones han estado muy repartidos. El premio de mejor corto en valenciano ha sido para La Bañera, de Sergi Martí; el de mejor guion, para Marina Parés por La colcha y la madre; y el de mejor animación para ¿Dónde estabas tú?, de Maria Trenor.
Los premios están patrocinados por el Ayuntamiento de Teulada y la Cooperativa San Vicente Ferrer. La Asociación Cultural Amigos de Teulada, organizadora de la Muestra desde sus inicios, prepara ya las nuevas bases de la edición de agosto de 2022, en tiempo de vendimia, de uva y de la Fiesta del Moscatel.
PÚBLICO FIEL
El director de la Muestra, Joan Llobell, comenta que “empezamos a estar consolidados” porque, según cuenta, “la idea era llegar a los cinco primeros años como una primera etapa para ver cómo iba todo”. “El público”, añade, “ya sabe el que va a ver, ya sabe que es un cortometraje y todo el que ofrece el formato corto”. La idea nació con el objetivo de fomentar el audiovisual relacionado con la cultura del moscatel y, además, promover el trabajo de la gente joven –y no tanto joven- que hace cortos.
La participación de este año se ha reducido un poco a causa de la pandemia sanitaria. De hecho, en otras convocatorias han llegado hasta 280 cortos de todas partes del mundo, como Suráfrica, Irán, Alemania, Japón, etc. “Ha habido menos producciones y menos presentaciones pero, aun así, 170 es una cifra muy buena”, dice el director. Hay que mirarlos todos a fin de hacer la selección que después es la que se proyecta al público. Los criterios son variados y anchos y tienen que ver con la calidad, que respondan a una serie de planteamientos actuales y que alcanzan propuestas estéticas diferentes.
No debe de ser nada fácil hacer una buena elección de todo el material que llega. Ahora bien, la Muestra hace los deberes como es debido porque algunos de los trabajos escogidos han estado después en la convocatoria de los Premios Goya. “El hecho de coincidir, que tu valoración sea la misma, esto me alegra mucho”, indica el director. En la edición de 2019 fueron tres y este año hay un par que han estado a los Goya.
Llobell subraya que “la calidad varía mucho de unos años a los otros y hay de todo. Hay un puñado que sorprenden por la calidad y otras que no tienen tan pero por falta de medios, es decir, están limitados”. “Aun así”, continúa, “es muy grande ver como la gente le pone imaginación, ganas y, incluso, actores y directores consagrados también se implican y esto hace que, en una línea estándar, la calidad sea muy aceptable”.
Y en la Marina Alta también se hacen cortos porque la Muestra ha tenido cortos hechos por gente de Benissa, Dénia, Gata, Teulada, etc. “Solo ser gente joven, algunos sobre aspectos del moscatel pero no todos porque la temática es libre”, comenta Llobell. Y la proyección se hace en un marco incomparable, en la sala del Auditorio Teulada Moraira, “esto es como besar el cielo”.
A nivel personal, Joan Llobell es un enamorado del cine y “he tenido la suerte de hacer un festival, alerta”. “Y es muy gratificante”, concluye, “cuando voces que la gente cada año repite, venden los mismos y algunos más que se apuntan. Hay una fidelización. Y te preguntan, hacen comentarios y esto está muy bien porque, al fin y al cabo, hablar de cine es promover la cultura”.