Un paraíso único amenazado 

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  29/10/2021

Las embarcaciones de recreo constituyen el principal enemigo para las ballenas, un recurso que Dénia debería plantearse aprovechar

El proyecto de investigación que desarrolla la Universitat Politècnica de València advierte de la necesidad de hacer un trabajo de concienciación y educación

 

¿Por qué el rorcual común se acerca tanto a la costa? ¿Quiénes son estas ballenas? ¿Cuál es su comportamiento? ¿De dónde vienen? ¿Hacia dónde van? A estas y a otras preguntas pretende contestar el Proyecto Cabo Rorcual, que desarrolla el Campus de Gandia de la Universitat Politècnica de València en aguas de la Marina Alta. El trabajo de campo de este primer año ha consistido en campañas de divulgación y avistamiento desde tierra y desde el mar, tanto en superficie como en profundidad. Los primeros resultados fueron presentados ayer en Dénia y evidencian que posiblemente este sea un punto “único” para la observación del paso de estos cetáceos, que van pegados a la costa durante muchas millas. 

Ahora bien, se advierte también que el tráfico marítimo es la principal amenaza de las ballenas, sobre todo las embarcaciones de recreo -que se acercan en exceso y pueden acabar por ahuyentarlas- y las motos acuáticas -que pueden pasarles por encima sin percatarse siquiera de su presencia-. Por ello, el coordinador del programa, Eduardo Belda, abogó por una labor de educación y concienciación para una “observación responsable” que podría constituir un recurso y un reclamo para municipios como Dénia al menos durante un par de meses al año.

Eduardo Belda explicó que las embarcaciones que van a una velocidad inferior a 6 nudos no constituyen un riesgo para el rorcual común. La bocana del puerto de Dénia puede ser una zona conflictiva por la densidad de tráfico y también la reserva marina, donde se ha detectado el paso de barcos de recreo y motos a mayor velocidad de la que deberían circular. Se ha constatado igualmente la presencia de embarcaciones que siguen a las ballenas a menos de 60 -algo que está totalmente prohibido- e incluso se ha visto a algunas que las rodean para fotografiarlas o grabarlas en vídeo. 

Explica el biólogo y profesor de la Universidad que el seguimiento de las ballenas se ha de hacer en paralelo, “nunca interfiriendo en su rumbo ni superando la distancia de 60 metros”, y a menos de 4 nudos de velocidad. En la zona de entre 60 y 300 metros se autoriza la permanencia de dos embarcaciones en paralelo, sin cruzarse en su camino, y a mayor distancia, entre 300 y 500 se establece la llamada zona de aproximación que permite también dos embarcaciones que pueden hacer el seguimiento sin sobrepasar los 10 minutos.

El coordinador destaca que, si siguen este tipo de comportamientos puede ocurrir que las ballenas cambien el rumbo, cuando “no hay otro sitio donde tengamos esta oportunidad de ver a las ballenas durante muchas millas pegadas a tierra, porque en el Cabo de Palos -puntualiza- giran mar adentro”. Son, por lo tanto, en su opinión, “un recurso valiosísimo si lo sabéis aprovechar”, señala.

La concejala de Transición Ecológica, Maite Pérez Conejero, recogió el guante y subrayó la responsabilidad del Ayuntamiento de Dénia de “divulgar y proteger algo tan valioso” a través de campañas de concienciación y educación. 

 

EL BANCO DE IMÁGENES

 

Entre los meses de mayo y agosto se realizaron 46 avistamientos con cerca de 85 ejemplares de rorcual común, que alcanzaron el centenar en el mes de octubre según los datos aportados con posterioridad. Entre los meses de mayo y julio la Torre del Gerro se convirtió en base de operaciones para los avistamientos desde tierra. Desde el mar, se trabajó en barca -lo que facilita la fotoidentificación a partir de la elaboración de un banco de imágenes- y también a nivel de profundidad con la instalación de tres equipos en diferentes puntos para registrar sus sonidos. Aunque no es perceptible por el oído humano, como aclaró Eduardo Belda, son los machos los que emiten el canto, que se repite a intervalos y se utiliza para atraer a las hembras. Estos registros permitirán ahondar en el conocimiento de este cetáceo, del que tan poco se sabe y que sigue planteando muchos interrogantes. 

En una segunda fase, el año que viene, se hará un marcaje por satélite para detectar hacia dónde van las ballenas. Belda precisa que todas las actuaciones se realizan con la supervisión de la Fundación Oceanogràfic para asegurar el bienestar animal y las autorizaciones pertinentes del Ministerio de Transición Ecológica. 

Este año, el pico de paso migratorio se ha dado en el mes de julio. Las fechas varían y en ocasiones el paso masivo se ha registrado con anterioridad. ¿Por qué? A lo mejor por la falta de alimento en otro lugar, quién sabe. Como tampoco se sabe por qué aquí se acercan tanto a la costa y a los bañistas. ¿Quizás huyendo del tráfico de los grandes buques mercantes del canal de Ibiza? ¿Por una cuestión cultural? Tal vez el Proyecto Cabo Rorcual nos dé la respuesta.

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