Un verano muy parecido a otros tantos

Otro verano más, diferente, todavía marcado por las prevenciones que nos ha impuesto la pandemia. Otro verano de esfuerzo extra en materia turística, en la gestión de las playas, en la organización de eventos culturales. Otro verano de sacrificios y de adaptación acelerada para el sector: hoteles, restaurantes, actividades de ocio recortadas y reinventadas para garantizar, mientras avanza la vacunación, la protección de la salud.

Pero un verano también, en Dénia al menos, sorprendentemente parecido a otros tantos veranos prepandémicos. Las calles llenas, las listas de espera en los restaurantes, tiendas y supermercados inmersos en una actividad constante, la entrada y salida de coches cada quincena, la vida en las playas… son imágenes que nos hablan de un muy buen verano, corroborado además por las cifras.

La recogida de residuos sólidos urbanos en el mes de julio se acercó a los 3 millones de kilos, 140.000 más que en 2020. Y el consumo de agua ha vuelto a triplicar en agosto, con 27 millones de litros diarios, la media habitual que registramos en otros meses del año.

Pero más allá de la evidencia, como responsable municipal de Turismo, quiero hacer una reflexión que dice mucho de nuestro potencial: a pesar de todo lo que hemos vivido, y aún vivimos, Dénia se mantiene en un puesto muy potente como destino turístico. Y tengamos en cuenta, además, que el turismo este año ha sido predominantemente nacional, debido a las restricciones y condicionantes para viajar. La fidelidad de quienes nos visitan, algunos desde hace muchos años, se mantiene intacta.

Así que, aunque muchos otros factores y circunstancias nos invitan a seguir innovando y reconstruyendo nuestro modelo turístico, también es verdad que el trabajo constante de readaptación y reinvención empezó hace mucho tiempo y ha conseguido mantenernos a flote incluso en momentos tan duros e inciertos como los que estamos atravesando.

El secretario autonómico de Turismo, Francesc Colomer, nos visitó recientemente para firmar el nuevo convenio de colaboración para la reedición del D*na y en su intervención destacó, precisamente, que nuestro sector turístico ha dado una gran lección de resiliencia durante este año y medio de pandemia. Desde una aparente debilidad, “nos ha dado una lección de vida, de respeto y de comportamiento”.

Un comportamiento, añado, que estos meses de verano ha dado sus frutos: Dénia ha sido la elección para muchísimos turistas que ven en nuestra ciudad un destino seguro, sin renunciar a una completa oferta y a la excelencia y calidad de lo ofrecido.

La esperanza se afianza pues, y creo que podemos afirmar que nuestro sector se recuperará; ha ganado fuerza incluso, y prestigio, después de esta demostración de solidaridad, de paciencia y de flexibilidad. Y será un sector vital para el futuro que nos espera, de redescubrir pasiones, emociones y aficiones aparcadas; de reconocer de nuevo un mundo, algo cambiado, pero igual de fascinante.

Desde aquí, pues, gracias a todas y todos los que habéis hecho posible el milagro. Con los nuevos retos que tenemos por delante, como el festival gastronómico D*na, que vuelve en diciembre, volveremos a tomarle el pulso a nuestro potencial turístico. Y daremos con él un nuevo impulso al proyecto de turismo sostenible y a la desestacionalización, uno de esos objetivos que el Plan de Turismo Sostenible nos ayudará a conseguir en breve.

El éxito, estoy convencido, nos volverá a sonreír. Muchas gracias.