¡Alerta!: ¿Somos menos fértiles?
Dr. MARIANO MARTÍN-LOECHES DE LA LASTRA (*)
La infertilidad aumenta hasta el 30 % en las mujeres con sobrepeso. Descartada una posible relación entre la reproducción asistida y el cáncer ovario. Más del 80 % de los fracasos de tratamientos de reproducción asistida son evitables.
“Hay más factores de esterilidad masculinos que antes. Antes podíamos hablar de un 70 % de causas femeninas, un 20 % masculinas y un 10 % mixtas, y ahora podemos estar hablando de un 40 % masculinas, un 50 % femeninas y un 10 % mixtas”. Se postula así que la calidad de los óvulos y de los espermatozoides haya podido empeorar por la edad de los gestantes, la obesidad, factores contaminantes y por la alimentación, al introducirse elementos como las dioxinas, que pueden afectan a la fertilidad.
La esterilidad es la incapacidad para concebir tras uno o dos años de exposición al embarazo con un número adecuado de relaciones sexuales, dos o tres cada semana, sin protección anticonceptiva. Las principales causas de infertilidad son secundarias a afecciones masculinas, femeninas y mixtas o combinadas (los dos miembros de la pareja son responsables), pero existe también un número significativo (hasta el 20 %) de causas desconocidas o primarias. Respecto a las causas de la infertilidad femenina, entre ellas se encuentran los trastornos menstruales, la endometriosis, determinadas enfermedades (obesidad, patología tiroidea, autoinmune, diabetes), la disfunción ovárica y los problemas ovulatorios, sin olvidar los factores mecánicos (uterinos, de las trompas de Falopio, cervicales), que muchas veces son corregibles. Respecto a las masculinas, se han identificado anomalías testiculares, también mecánicas (obstrucción de conductos), factores genéticos, anomalías en la eyaculación o erección, factores vasculares y alteraciones en el semen (azoospermia, elementos antiespermatogénesis, anomalías en el líquido seminal).
La infertilidad afecta aproximadamente al 15 % de las parejas que desean tener hijos y se calcula que 186 millones de personas en todo el mundo han sufrido problemas de infertilidad. Diversos estudios apuntan a que la infertilidad de causa masculina está en aumento, de manera que entre el 30-50 % podrían deberse al factor masculino. Por otro lado, en el 20-35 % de los varones la infertilidad es de causa desconocida, un porcentaje algo mayor que en las mujeres.
En una revisión se identificaron los principales factores de riesgo que potencialmente podrían afectar la fertilidad masculina (estrés, determinados medicamentos, alteraciones metabólicas, carencia de vitaminas y minerales, contaminantes industriales, trastornos adictivos como el alcoholismo, tabaquismo y la drogadicción). El impacto negativo de estos factores habitualmente puede corregirse modificando el comportamiento y el estilo de vida. Por otro lado, se ha comprobado que los espermatozoides son extremadamente vulnerables al estrés oxidativo y la terapia antioxidante parece tener un impacto beneficioso en la calidad del semen.
Además de factores de riesgo ambientales, existen causas genéticas de azoospermia no obstructiva: anomalías cromosómicas, microdeleciones del cromosoma Y o mutaciones/deleciones específicas de varios genes del cromosoma Y. Algunos trabajos, sobre todo en modelos animales, han demostrado que los tóxicos ambientales pueden modificar la herencia de la fertilidad masculina a través de factores moleculares.
En cuanto a las mujeres, obviando las causas señaladas, es evidente que en edades por encima de los 35 años (especialmente más de 38), disminuyen tanto las posibilidades de concebir de forma natural como con técnicas de reproducción asistida; y las mujeres tampoco están exentas de la exposición a factores de riesgo ambientales. Otros, como el calor en los testículos, los rayos X, las vibraciones, los pesticidas, los disolventes o el óxido nitroso, están relacionados con una disminución en la calidad y cantidad de espermatozoides o con la fertilidad femenina.
En conclusión: ¿somos más estériles?, ¿debemos estar preocupados? Los datos indican que existe una mayor tasa de esterilidad, pero esencialmente condicionada por la edad de las mujeres que desean procrear. El aumento del porcentaje de esterilidad masculina puede deberse a que cada vez se realizan más estudios de esterilidad por el auge de las técnicas reproductivas (acaba de cumplir 40 años Louise Brown, el primer bebé-probeta) y también por algunos factores de riesgo ambientales. De éstos, sólo en unos pocos existen bases sólidas acerca de su posible relación con la fertilidad (tabaquismo, alcohol, altas dosis de cafeína), pero la relación de la mayor parte de ellos con la fertilidad es una mera hipótesis.
(*) Especialista en Ginecología y Obstetricia.