El truco para la ducha con el que tendrá la piel más suave
INÉS ROIG (*)
¿Siente tirantez o picor en la piel cuando sale de la ducha? Es más común de lo que cree. Cada vez hay más personas que acuden a las consultas médicas y dermatológicas alegando que tienen la piel sensible. Aproximadamente el 50% de las mujeres y el 30% de los hombres se quejan de padecer picores, descamaciones o tiranteces. ¿Nos lavamos demasiado? Es la pregunta del millón y la respuesta es que sí, pero sobre todo no lo hacemos del todo bien.
Nos hemos obsesionado con la limpieza y la desinfección y los expertos advierten de que la calidad y composición adulterada del agua corriente combinada con productos de higiene demasiado agresivos están detrás del deterioro progresivo del manto hidrolipídico, ese escudo protector de la epidermis formado por una mezcla de sebo y sudor al que no damos tregua.
Cuanto más dura es el agua, peor es para su piel. Comprobar la calidad del agua es sencillo: si al salir de la ducha la piel se siente molesta y tirante, incluso, pica, es un síntoma claro de que no es tan inodora, insípida e incolora como debería.
El principal villano que se cuela en su casa a través de las cañerías es la cal, y cuanto más tenga el agua más dura se considera. Y esto puede desencadenar además de los síntomas ya mencionados, la aparición de enfermedades más severas como el eccema atópico o agravar otras como la psoriasis.
La combinación de la cal con el los productos de higiene agresivos puede acarrear problemas serios para la piel y también el cabello. Si la epidermis se queja de las malas aguas, el cabello no se queda atrás, sobre todo cuando ha sufrido alguna coloración. Los rubios y pelirrojos son los que más se resienten, porque pierden brillo y elasticidad, se tornan ásperos al tacto, quebradizos y cambian de tono.
La cal y los compuestos químicos que se usan en el proceso de potabilización, como el cloro, desequilibran el pH natural del bulbo piloso y la fibra capilar: Perjudican seriamente la salud capilar produciendo más allá del aspecto de la melena problemas como hipersensibilidad del cuero cabelludo, caspa, grasa, alopecia, etcétera.
Uno de los problemas que generan las aguas duras es que los cosméticos de higiene prácticamente no hacen espuma y por eso tendemos a usar más cantidad de producto de la que precisamos (con el agravante de que los que generan más espuma tienen más conservantes). Este exceso se queda depositado sobre la epidermis, el cuero cabelludo y la fibra capilar, dejando la piel áspera y seca, y el cabello deshidratado y sin brillo.
Se recomienda que los geles de ducha que sean syndets -sin jabón- para proteger el manto hidrolipídico, con tensioactivos suaves que no irriten y con sustancias nutritivas e hidratantes que neutralicen el efecto del agua dura para que la piel esté protegida y suave después de la ducha.
Lo mismo para el cabello. Se recomienda el uso de champús sin conservantes químicos y con ingredientes de origen vegetal, sin espumantes ni siliconas industriales, que limpien la fibra capilar sin dejar residuos.
(*) Farmacia Las Marinas.