HOSPITAL HLA SAN CARLOS : Mejor chalecos salvavidas que manguitos para nuestros niños
El uso de móviles por parte de los adultos está provocando un aumento de accidentes en el agua según la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo.
Los pediatras de HLA San Carlos aconsejan usar chalecos salvavidas antes que flotadores o manguitos autoinflables, puesto que estos últimos se pueden deshinchar con facilidad y dan sensación de falsa seguridad.
Vallar las piscinas privadas, clases de natación o acudir siempre a zonas vigiladas, podría evitar ahogamientos en niños.
El ahogamiento es la tercera causa de muerte más frecuente a nivel mundial según la Organización Mundial de la Salud, y suele ocurrir sobre todo en niños y jóvenes. “En el caso de los menores de 5 años, los ahogamientos suelen producirse en piscinas particulares, mientras que en los niños de más edad ocurren al realizar actividades acuáticas en el mar, río o embalses”, declaran los profesionales del l’Institut Pediàtric de la Marina Alta (IPEMA) que pasan consulta en el HLA San Carlos de Jávea.
Ante esta situación es imprescindible establecer unas normas básicas para evitar accidentes, puesto que el principal problema es la falta de concienciación sobre los peligros que supone el agua para los más pequeños.
EN LA PLAYA OLVÍDATE DEL MÓVIL
Los niños son impredecibles y su sensación del peligro está menos desarrollada que la de los adultos, por este motivo, nunca hay que perder la vista de estos cuando estén jugando dentro del agua o muy cerca de ella.
Actividades como leer, echar una cabezadita o estar con el teléfono pueden llegar a ser potencialmente peligrosas.
Así lo demuestran diversos informes como el de la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo que afirman que la presencia de móviles está provocando un aumento de los casos de accidentes en el agua, ya que los padres se despistan y no son conscientes del tiempo que pasan sin vigilar a sus hijos.
Además, los profesionales del HLA recomiendan acudir a playas y piscinas comunitarias o públicas con presencia de un socorrista, debido a que la mayoría de muertes se producen en sitios donde no hay supervisión, como rías, canales y piscinas privadas, tal como queda recogido en los datos de ahogamiento.com. “Eso sí, no hay que olvidar que cuando hay un vigilante, este está pendiente de mucha gente, por lo que los padres o acompañantes siempre deben estar a cargo de la supervisión y vigilancia de sus hijos”, aconsejan los pediatrías.
Los profesionales del centro también hacen hincapié en la necesidad de vallar las piscinas domésticas, de forma que queden aisladas del resto del jardín y de la zona de juego de los niños. Esta medida es extensible también a las piscinas desmontables y ‘toy pools’, cuyo acceso debe quedar restringido a los niños de forma que solo puedan bañarse en presencia de un adulto.
LAS CLASES DE NATACIÓN SIEMPRE SON UNA BUENA PREVENCIÓN
Otra de las recomendaciones que proponen desde IPEMA es apuntar a los más pequeños de la casa a clases de natación lo antes posible, ya que no existe ninguna edad establecida, sino que depende de las habilidades y la madurez de cada niño. No obstante, aunque estos sepan nadar, siempre deben seguir bajo vigilancia de un adulto ya que saber no garantiza que no hayan accidentes, porque que sepan defenderse en las clases de natación no implica que sepan nadar bien en el mar o en piscinas con mucha gente.
“Y si tu hijo no sabe nadar o aún no se siente confiado, utiliza siempre dispositivos de seguridad. En este caso, son preferibles los chalecos salvavidas que los flotadores y manguitos autoinflables, puesto que estos últimos se pueden deshinchar con facilidad y dan sensación de falsa seguridad”, añaden los pediatras del centro. Además, existen otros hábitos que se deben evitar, como por ejemplo, tirarse de cabeza a poca profundidad (menos de 1,80 m). Siempre será mejor que se tiren de pie al agua.
Cuidar la exposición al sol y la hidratación también es fundamental, ya que es posible que un golpe de calor ocurra dentro del agua, provocando un desmayo que puede desencadenar en ahogamiento. “En el caso de que presenciemos un episodio de estas características, hay que poner al afectado en un lugar fresco, sentarlo solo si tiene buen nivel de conciencia e intentar reducir los grados del cuerpo. Además, si está despierto, hay que darle pequeños sorbos de agua, y por prudencia, todos los que presenten estos síntomas deben acudir a Urgencias para mantenerlos en observación”, recomiendan desde el centro.
El grupo de pediatras del HLA San Carlos de Jávea está formado por Josep Mut Buigues, María BeneytoLluch, Lourdes Escrivá Cholbi y María Sánchez Marí, un equipo altamente cualificado que asegura que siempre, ante presenciar un caso de ahogamiento, “se debe actuar y pedir ayuda rápidamente. El tiempo es muy importante y si, por casualidad, conoces las medidas básicas de reanimación cardiopulmonar, podrás ayudar a salvar una vida”.