HOSPITAL HLA SAN CARLOS/ Primeros días de colegio, primera oportunidad para la detección de trastornos infantiles del lenguaje
El inicio de las clases es uno de los momentos más relevantes de la historia de cada individuo, especialmente cuando los niños acceden por primera vez a un centro de educación infantil, el primer tramo de la enseñanza. Y también es una ocasión para detectar trastornos del lenguaje, que, según los expertos, pueden llegar a afectar a un 2% de la población infantil mundial. Algunos de estos trastornos, como la tartamudez o la dislexia son bien conocidos. Otros, como la afasia o la disartria son menos frecuentes. Unos tienen origen hereditario y otros presentan causas físicas. En todos los casos, la labor de los logopedas es fundamental. “La identificación de los niños que presentan retraso del lenguaje dentro del periodo preescolar debería ser una prioridad, ya que son relativamente frecuentes estas dificultades en la infancia”, advierte María Femenía, logopeda y especialista en neurologopedia del hospital San Carlos.
Según la especialista, “la comunicación mediante el lenguaje oral se inicia en torno a los 2 años y finaliza alrededor de los 5 años con la adquisición de las formas básicas del sistema lingüístico adulto”. Ya en edades tan tempranas se pueden detectar los principales problemas: “retrasos en la adquisición del lenguaje oral, dificultad de aprendizaje del lenguaje escrito, dificultades articulatorias y alteración de la voz”, enumera la logopeda María Femenía. En estos trastornos “existe un predominio del sexo masculino frente al femenino, a excepción de los trastornos de la voz”, indica la especialista, y los tratamientos para solucionarlos pueden alargarse “hasta los quince años”. (Evidencia científica. FUENTE: “Prevalencia de las patologías del habla, del lenguaje y de la comunicación.” (Revista de logopedia, foniatría y audiología).
El origen de estas dificultades para establecer una comunicación fluida tiene muchas ramificaciones. “El lenguaje tiene una base marcadamente neurobiológica, socioafectiva, cognitiva y motórica y su correcto desarrollo va a depender del equilibrio existente entre todos estos factores”, señala la profesional. De ahí que “la detección de los problemas de comunicación y lenguaje”, continúan desde el área de Logopedia del hospital HLA San Carlos, “deba ser multidisciplinar, ya que diversos factores pueden estar interfiriendo en el desarrollo de las habilidades lingüísticas de los pacientes”.
“El sistema sanitario, a través de sus centros, proporciona la atención de los trastornos del lenguaje por medio de un especialista en logopedia”, apunta María Femenía, quien no obstante incide en que “la familia es el principal agente que influye en el desarrollo personal, social y emocional del niño”. Es en el ámbito más cercano donde pueden surgir los primeros indicios de las complicaciones lingüísticas de un menor. La coordinación con “el centro de salud y el docente favorecerá el diagnóstico y tratamiento posterior”, asevera la especialista del centro dianense. “Con el asesoramiento a las familias sobre distintos recursos”, continúa, “se consigue estimular el desarrollo del lenguaje psicoafectivo y mejorar las dificultades”.
La logopedia puede tener una especial relevancia en zonas como la Marina Alta, donde coexisten dos idiomas oficiales junto a multitud de turistas y residentes procedentes de diversas partes del mundo. Este plurilingüismo, en principio, es beneficioso. “Diferentes estudios neurofisiológicos parecen demostrar que una segunda lengua, adquirida en las primeras fases del desarrollo lingüístico del niño, comparte con la lengua materna áreas comunes de la corteza cerebral, favoreciendo las conexiones”, asegura la facultativa. “Sin embargo, si esta incorporación es en un momento en el que todavía no ha construido el desarrollo de la lengua materna, se enfrenta a mayores dificultades”, dice. “Y, si ese niño además padece un trastorno que dificulta la adquisición o la comprensión del lenguaje, difícilmente podrá aprender otra lengua”. A su juicio, “lo mejor es esperar a que el niño consolide sus competencias lingüísticas y comunicativas en la lengua materna antes de introducir un segundo idioma y en ningún caso forzarle si observamos dificultades de expresión o comprensión”. (Fuente: Guía para la Comunidad Educativa. Dificultades específicas en el lenguaje y la comunicación. Generalitat Valenciana 2017. Conselleria de Educación, investigación, cultura y deporte).