Mioma uterino y embarazo

Mioma uterino y embarazo
  15/07/2019

Dr. MARIANO MARTÍN-LOECHES DE LA LASTRA (*)

Los miomas, más comúnmente llamados fibromas, son tumores benignos del útero. Están formados por un tejido muscular parecido al de la pared uterina, pero que pierde el control de su crecimiento. En consecuencia crece en forma desmedida formando un tumor o bulto que puede ser del tamaño de una almendra al de una pelota de fútbol.

            ¿Por qué se producen?

            Los miomas tienen la característica de crecer durante el embarazo por el estímulo de las hormonas placentarias. Involucionan espontáneamente después del parto al desaparecer las hormonas placentarias que lo hicieron crecer durante el embarazo.

            ¿En cuántos grupos se los divide?

            Existen tres tipos de miomas que se diferencian entre sí por su ubicación en la zona del útero, los miomas subserosos, intramurales y submucosos.

            - Miomas subserosos. Son los que crecen hacia afuera del útero. En los casos de miomas subserosos, son menos frecuentes las complicaciones con respecto a la evolución del embarazo y no son tampoco causa de obstrucción del canal del parto en el momento de nacimiento.

            - Miomas intramurales. Su crecimiento es principalmente dentro de la pared uterina. Los miomas intramurales pueden crecer bastante durante el embarazo y si tienen un tamaño importante y se ubican en la parte inferior del útero pueden impedir el paso del bebé durante el momento del nacimiento. En estos casos es necesario tener que realizar una cesárea.

            - Miomas submucosos. Estos miomas crecen hacia la cavidad uterina. De los tres tipos de miomas, los de crecimiento submucoso, son los que pueden tener efectos más perjudiciales en la evolución del embarazo. La implantación del óvulo fecundado en una superficie endometrial miomatosa, raras veces evoluciona favorablemente porque el mioma no tiene las secreciones necesarias para alimentar al embrión en los primeros días. En los casos que la implantación se produce con éxito a veces puede complicar el crecimiento del saco gestacional y ser causa de una interrupción durante el primer trimestre de la gestación.

            ¿Cuál es el tratamiento?

            El tratamiento que conviene realizar en casos de miomas submucosos es la extirpación de los mismos mediante una simple intervención llamada histeroscopía. En cualquiera de los miomas antes descritos deben realizarse ecografías seriadas durante todo el embarazo para evaluar su crecimiento y probable complicación para el momento del nacimiento.

            En muy raras ocasiones un mioma puede sufrir durante el embarazo una complicación llamada necrosis miomatosa que consiste en la muerte del tejido central del mioma por la falta de irrigación arterial. Estos casos, por suerte, son muy poco frecuentes. A veces es necesario el adelantamiento del parto para evitar complicaciones más importantes.

            Nunca se realiza la extirpación de un mioma en el momento del parto o cesárea porque esta intervención puede provocar hemorragias importantes durante la intervención. Siempre se deja que pasen varios meses antes de decidir extraer un mioma diagnosticado durante el embarazo, porque siempre disminuyen considerablemente de tamaño luego del parto y en consecuencia, el procedimiento quirúrgico es mucho menos cruento y agresivo.

(*) Especialista en Ginecología y Obstetricia.

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