Por qué sufrimos estreñimiento durante el confinamiento y cómo aliviarlo

Por qué sufrimos estreñimiento durante el confinamiento y cómo aliviarlo
  04/05/2020

INÉS ROIG (*)

 

No, no es casualidad que, durante estos días, nos cueste cada vez más ir al baño. El estreñimiento es, junto al insomnio, uno de los principales daños colaterales del confinamiento. Mujeres y personas de edad avanzada son los sectores de población más afectados por el estreñimiento.

¿Por qué se produce? Existen posibles causas de este trastorno, todas ellas estrechamente relacionadas con las circunstancias que nos ha tocado vivir debido al coronavirus:

Falta de actividad física: Apenas nos movemos y, al igual que ocurre con el sueño cuya calidad se ve claramente mermada, el tránsito intestinal se ralentiza.

Cambios en la dieta: El aumento del consumo de hidratos de carbono de absorción rápida (pasta, pizzas, etc.) y bebidas gaseosas conlleva una disminución de la ingesta de fibra y un incremento de los gases.

Más alcohol: Las bebidas alcohólicas tienen un gran poder deshidratante, fomentando el estreñimiento.

Estrés: Genera la secreción de cortisol, con gran poder diurético. La consecuencia es que el cuerpo se deshidrata y tiene que recuperar el agua de las heces por absorción intestinal, lo cual propicia el estreñimiento.

Tabaquismo: Al estar más nerviosos de lo habitual, fumamos más, lo cual es un círculo vicioso que conlleva más estreñimiento, entre otras enfermedades graves.

Abuso de bebidas excitantes: Café, té y refrescos de cola producen un aumento de la secreción de adrenalina, hormona asociada a las situaciones de alerta y estrés.

Medicación: Ansiolíticos, antidepresivos, antihipertensivos, diuréticos, antiinflamatorios y antiácidos aumentan el riesgo de sufrir estreñimiento.

Ante todo, deberíamos de ir al baño todos los días y que, en caso de que no pudiéramos, el consumo de laxantes solo debe realizarse de manera ocasional y bajo prescripción médica.

¿Qué podemos hacer para vencer al estreñimiento?:

Beber un vaso de agua en ayunas.

Mantenerse bien hidratado.

Disminuir el consumo de bebidas con gas, excitantes y alcohólicas.

Aumentar la ingesta de frutas (aguacate, ciruelas, kiwis...), la fruta siempre entera, no en zumo, verduras (espárragos, brócoli, alcachofas) así como de pescados azules.

Incrementar el consumo de fibra (avena, semillas de lino, cereales integrales).

Tomar yogures para mejorar la flora intestinal.

Intentar tener unas rutinas de comidas y dieta, reduciendo el consumo de hidratos para aumentar la ingesta de fibra. Movernos más y hacer ejercicios de tonificación abdominal y del suelo pélvico.

 

(*) Farmacia Las Marinas.

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