Salud y migraciones

Salud y migraciones
  14/09/2020

Dr. MARIANO MARTÍN-LOECHES DE LA LASTRA (*)

 

Europa ha sido históricamente un continente migrador. Muchos países de todo el mundo están llenos de ciudadanos de origen europeo: sólo hay que mirar hacia América, con un norte poblado principalmente de anglosajones y norteuropeos y el centro y el sur por españoles, portugueses e italianos. Sin embargo, en las últimas décadas son los habitantes de los países que invadimos hace siglos los que vienen a vivir con nosotros: africanos, americanos y asiáticos pueblan hoy día nuestros países, a veces a un ritmo que nos cuesta asimilar, entre otros motivos por el miedo de algunos ciudadanos a que traigan con ellos infecciones virulentas que puedan poner en riesgo la salud de nuestra población.

En una publicación de 2017, de la red +REDIVI, se registraron 10.767 casos de enfermedades infecciosas importadas entre octubre de 2009 y diciembre de 2015. El 60,8 % eran inmigrantes vistos por primera vez, el 20,6 % viajeros y el 18,4 % visitaban a amigos y parientes. Los diagnósticos más prevalentes fueron la enfermedad de Chagas en inmigrantes y la diarrea aguda inespecífica en viajeros. La malaria por Plasmodium falciparum fue también uno de los diagnósticos más prevalentes.

Muchas enfermedades infecciosas se desarrollan en una zona geográfica específica y es difícil que el microorganismo o parásito se adapte a otra área. Sin embargo, algunos sí lo hacen. Los datos de la red +REDIVI muestran cómo uno de ellos, el Trypanosoma cruzi, causante de la enfermedad de Chagas, es transmitido por un insecto triatómido cuyo desarrollo se produce en Sudamérica, lo que convierte al Chagas en una enfermedad local; pero su trasmisión puede realizarse también a través de la sangre u órganos de pacientes infectados o por vía materna al feto, por lo que también puede ser una enfermedad importada. Otras enfermedades relacionadas con la inmigración, como la tuberculosis, realmente son cosmopolitas, ya que se dan en cualquier lugar del mundo. Se han realizado estudios en los que se trataba atribuir el aumento de casos a la población inmigrante, pero se ha visto cómo la mayoría están producidos por cepas de Mycobacterium autóctonas.

España es un país de viajes e inmigraciones, lugar de tránsito entre América, África y Europa, lo que nos enfrenta singularmente a este reto. Por este motivo resulta esencial disponer de registros rigurosos que cuantifiquen y describan la naturaleza de las enfermedades importadas, con la finalidad de tomar las medidas preventivas y terapéuticas necesarias. Los datos recopilados por entidades como la red +REDIVI deben utilizarse para mejorar la atención médica que se brinda a los viajeros e inmigrantes, así como para vigilar la aparición de enfermedades infecciosas tropicales o exóticas como la enfermedad de Chagas (por su elevada prevalencia entre los inmigrantes de determinados países), la malaria (por su posible severidad), el dengue (por su amplia distribución) o el chikungunya (por sus recientes cambios epidemiológicos). De esta forma, podrán ser abordadas con mayor celeridad y contando con los medios necesarios para ello. Y no olvidemos que una de las medidas más eficaces es la formación de los profesionales que atienden a estos pacientes, empezando por el médico de familia, que muchas veces es el primer contacto que tienen estos pacientes, pasando por los profesionales de las urgencias y llegando hasta los especialistas hospitalarios en enfermedades tropicales.

A este respecto la Dra. Paloma Merino, una destacada especialista en enfermedades tropicales en España y responsable de la asignatura Medicina Tropical y del Viajero de la Facultad de Medicina de la UCM, señala que “el lenguaje crea realidades, y si hablamos de enfermedades importadas o emergentes no debemos obviar los matices que tienen estas palabras. Importado significa que lo transporta o trae algo o alguien; y emergente que es algo que es inesperado y debe solucionarse con rapidez. En muchas ocasiones estos términos son imprecisos para hablar de este tipo de enfermedades infecciosas, porque no son importadas o no son emergentes. Por ese motivo, es preferible hablar de salud global o de geo-epidemiología de las enfermedades infecciosas”.

 

(*) Especialista en Ginecología y Obstetricia.

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