Señales físicas que indican que te estás alimentando mal
INÉS ROIG (*)
El cuerpo envía señales, en forma de molestias, cuando algo no va bien. Y el origen de esos problemas podría estar en la dieta.
Cansancio. Esta es una de las principales consecuencias de una mala alimentación. El déficit de hierro y vitaminas, en especial las del grupo B, son causas frecuentes. Pero no solo la falta de ingesta, también el exceso. Cuando consumimos mucha cantidad de grasa, que cuesta digerir, nuestro cuerpo trabaja demasiado. Se debe apostar por frutas y verduras, de fácil digestión.
Acné. Se debe aclarar que la principal causa es hormonal, pero alimentos como la leche y los que contienen demasiados azúcares pueden favorecer su aparición. Los amantes del queso y el yogur están de suerte: las investigaciones los han excluido, no fomentan estas erupciones cutáneas.
Mal aliento. Aunque la halitosis puede deberse a numerosos factores (mala higiene, caries, gingivitis, estrés), la dieta también puede estar en el origen. Un aliento no deseado puede ser señal de una escasa hidratación o debido a comidas que durante la digestión forman vapores con mal olor como el ajo, la cebolla, el brócoli, los pepinillos, las coles de Bruselas, el café o el alcohol.
Estreñimiento. La causa más frecuente de aparición es la falta de fibra en la dieta. Ésta se encuentra en la fruta, los frutos secos, la verdura y los granos de los cereales, en especial integrales. El consumo de agua suficiente también ayuda a regular el tránsito intestinal.
Cabello quebradizo. Que el pelo se rompa con facilidad o que se caiga más de lo habitual suele indicar una falta de una vitamina en concreto, la biotina. Se puede conseguir en los productos integrales, pescados, yema de los huevos y en la levadura de cerveza.
Piel apagada. La dieta puede afectar a la coloración de la piel y a su nivel de hidratación. Debemos beber cantidad suficiente de agua y aumentar el consumo de alimentos con betacarotenos: zanahorias, albaricoques, pimientos, calabazas.
Exceso de sudor. La nutrición no es la principal causa de una sudoración desorbitada. Los genes y determinadas enfermedades suelen encontrarse detrás de este problema. Pero hay ciertos alimentos que pueden inducirlo. Se deben excluir las comidas muy calientes y picantes, así como la cafeína y el alcohol.
Vientre inflado. Los motivos son amplios: productos procesados, refrescos carbónicos y la cerveza entre ellos. Los malos hábitos, como comer deprisa o darse un atracón, provocan que se trague aire.
Irritabilidad. Las dietas, que restringen muchos alimentos a los que nos hemos acostumbrado, generan sensaciones negativas. También una mala rutina puede afectar: alimentos procesados y ricos en azúcares generan un pico de felicidad a corto plazo, pero enseguida se vuelve a sentir apetito. También influye la culpabilidad por los atracones. Recomendación: consumir alimentos ricos en triptófano, como el pollo o los plátanos, un aminoácido que regula el sueño y nos hace más felices.
(*) Farmacia Las Marinas.