Un empresario acusa a la sala de fiestas Saladino de restringir el acceso gratuito a la playa del Cagarritar por las noches

El propietario del establecimiento asegura tener todos los permisos y explica que el paso nocturno se controla para garantizar la seguridad

El empresario Fernando Pons ha acusado a los propietarios de la sala de fiestas Saladino, situada dentro del dominio público portuario, de restringir el acceso a la playa a partir de las 23 horas y hasta las 8 de la mañana, lo que a su juicio, vulnera la ley. Además, y según ha denunciado ante la Comisaría de Policía, Saladino tiene autorización para ocupar 300 m2 para colocar hamacas, 150 m2 para el establecimiento de ocio y 20 m2 para otros usos, aunque la instalación abarca un total de 2.876 m2. Sin embargo, de acuerdo con la documentación oficial, la empresa que gestiona la sala de fiestas tiene una autorización para ocupar 10.000 m2. Tal como afirma el denunciante, Saladino restringe el paso a la playa por las noches y cobra una entrada a quienes quieren acceder al local. Para ello, los clientes tienen que pasar un control. Según ha explicado Fernando Marí, representante de Saladino, esto se hace para garantizar la seguridad y evitar cualquier incidente ya que la empresa es la responsable. El resto del día el acceso es gratuito e incluso se pueden utilizar las hamacas o las duchas.