La retirada de los pinos del castillo, una cuestión patrimonial y también medioambiental

  • La retirada de los pinos del castillo, una cuestión patrimonial y también medioambiental
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  • La retirada de los pinos del castillo, una cuestión patrimonial y también medioambiental
  01/02/2025
Un estudio realizado por el joven Jaume Pérez Rosado propone crear zonas ajardinadas con especies resistentes a la sequía para preservar el bien más emblemático de Dénia

Entre las medidas que aconseja el estudio de renaturalización del municipio figura también devolver identidad al Carrer La Via y evitar recortes del espacio verde en el Bosc de Diana

 

Los pinos del castillo sufren de estrés hídrico y sus raíces afectan a un bien patrimonial que es emblema de la ciudad. Acabar con ellos, aunque a algunos les parezca una locura, es necesario. El sistema ha colapsado. Así de claro lo ha dejado Jaume Pérez Rosado, licenciado en Ciencias Ambientales, en su trabajo de fin de grado, que presentó el jueves en Dénia. La renaturalización del municipio es el tema de un estudio que ha puesto además de manifiesto la necesidad de emprender actuaciones que hagan la ciudad más habitable al tiempo que contribuyan a mejorar la calidad del aire, sirvan para amortiguar ruidos, permitan recuperar ecosistemas y luchar contra el efecto invernadero, por ejemplo.

            El autor del trabajo, que realizó un estudio previo a través de una beca formativa del Ayuntamiento de Dénia impulsada desde el área de Arqueología y Museos, detectó en la ciudad varios problemas relacionados con la pérdida de la biodiversidad y, además, de identidad. Entre ellos, el ascenso de las temperaturas, que afecta a todo el planeta y con registros extremos; el turismo, que incrementa la población en un 300% en verano, según indicó y es la base de la economía del municipio; y un Plan General Estructural con una vegetación que calificó de “insuficiente”, que incluye el castillo como zona verde y que, remarcó, incumple el mínimo de parque público de 5m2 por habitante, donde el arbolado viario es escaso “y no de buena calidad” y con un exceso de árboles que no son autóctonos. El ejemplo más claro, el de las jacarandas.

            Jaume Pérez seleccionó para su estudio varias zonas urbanas. Entre ellas, dos viales, la Avenida de Alicante y el Carrer La Via. Contabilizó además todos los árboles del castillo y se centró en la vegetación de algunas parcelas municipales con vestigios arqueológicos, como El Fortí. También analizó la situación del Bosc de Diana, “que cada vez va a menos y con más edificios alrededor”, precisó.

            Su propuesta es conectar la vegetación de la Avenida de Alicante -que calificó de “infernal” en verano, con pocas sombras y arbolado solo en una de las aceras- con la de la Via Verda y, a la vez, con la del Carrer La Via. Habría que dar continuidad en ambos viales a especies autóctonas presentes en la antigua vía del tren, con árboles de pequeño porte cuyas raíces no den problemas y toleren bien la contaminación y especies con las que se fomente la biodiversidad. Para ello sería necesario ampliar las aceras, sustituir las jacarandas y plantar árboles a ambos lados, además de vegetación autóctona en los alcorques y en la banda central. Carrasca, madroño, morera, lavanda, dedalera, milenrama eurasiática, romero, tomillo o lentisco, son algunas de las especies a tener en cuenta.

            Para La Via propone, además de mejorar la conectividad con las especies de la Avenida de Alicante y la Via Verda, recuperar la identidad de la calle con la plantación de moreras y sustituir las actuales jardineras, que han sido bastante criticadas, por otras realizadas con residuos de la construcción, en una apuesta por la economía circular. La estepa negra seria otra candidata a ocuparlas, junto a especies ya citadas.

            En las parcelas con vestigios arqueológicos, así como en el castillo, ha detectado la presencia de muchas plantas oportunistas. Aconseja la plantación de especies autóctonas y de marjal, así como flora autóctona para fomentar la presencia de polinizadores. En estas actuaciones, precisó, se ha de controlar la expansión del carrizo y tener en cuenta la integración de los vestigios arqueológicos en el entorno urbano.

 

Una fortaleza, no un jardín

            El joven dianense, que actualmente está realizando un master universitario en Sanidad y Producción Vegetal, advirtió que los pinos del castillo (de las variedades halepensis y pinea) pueden crear una gran problemática, por lo que urge buscar “soluciones rápidas y eficaces”. Su retirada es, en su opinión, lo más aconsejable.

            Durante el verano de 2023, Jaume Pérez realizó por primera vez un catálogo del arbolado y otras especies vegetales existentes en el castillo y las parcelas de propiedad municipal con vestigios arqueológicos. La finalidad de su trabajo, como explicó la jefa del área de Arqueología y Museos, Massu Sentí, era realizar propuestas de transformación y ajardinamiento adecuadas y sostenibles en las que poder fomentar futuros proyectos de consolidación y museización del patrimonio.

            La arqueóloga destacó que la sequía extrema de los últimos años ha sometido a los pinos, la especie predominante, a un grave estrés hídrico que ha favorecido la proliferación de insectos perforadores. Sentí remarcó que lo que está matando a los pinos no son estos insectos sino la falta de agua, como indica el autor del trabajo, al tiempo que recordó que “el castillo no es un jardín sino una fortaleza”, un BIC que requiere protección respecto a determinadas especies vegetales.

            Jaume Pérez defiende la plantación de matorral mediterráneo de baja altura y especies que den sombra, pero permitan admirar el castillo desde lejos. Citó el algarrobo, el olivo, la estepa blanca, la petorrera y el aladierno, entre otras, y propuso utilizar los restos de los pinos retirados como acolchado que ayude a contener el agua y como técnica contra las malas hierbas.

            Las ideas que lanzó el autor del trabajo en una sala de la Biblioteca Municipal abarrotada de público responden a soluciones valientes encaminadas a tener “un municipio de calidad”, lejos de la voluntad de crear polémicas absurdas y con la intención de mejorar el paisaje, hacer frente al cambio climático, sensibilizar a la comunidad y fortalecer la biodiversidad y la identidad cultura. Valores todos a tener en cuenta.

 

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