La fábrica de juguetes de Teulada
El hilo conductor del calendario de 2025 del Instituto de Estudios Comarcales de la Marina Alta son las fábricas de juguetes en la comarca. Y entre las mencionadas está la de Teulada, surgida en los años posteriores a la Guerra Civil. Joan Ivars i Cervera, maestro e historiador, sabe bastante del tema y, de hecho, publicó un artículo en el programa de fiestas del año 2000 del municipio. El fundador fue Francisco Martínez Mestre, natural de Benissa pero casado con la teuladina Ángela Buigues. La familia Martínez trabajaba la madera y los muebles y él estuvo una temporada en la fábrica de juguetes de Doménec de Ondara.
Hacia 1943, Francisco Martínez crea su propia empresa para fabricar juguetes a unos locales de la calle del Mur, donde empezó la instalación de las primeras máquinas. Vicent Bertomeu, conocido como Vicente Gallart, era un técnico reconocido y fue el principal artífice para preparar la maquinaria. Ivars cuenta que de una antigua moto alemana aprovechó el cuadro y las ruedas para hacer el aserradero, y de su motor se hizo el compresor para pintar la madera. Había que prestar atención también al suministro eléctrico que, entonces, estaba a cargo de la empresa La Electricista Alcoyana. La fábrica tenía una línea directa desde el transformador hasta sus locales pero no era suficiente. Por eso, Martínez compró un motor de gasolina a un panadero de Gata a fin de que la fábrica pudiera seguir funcionando cuando cortaban la energía eléctrica.
Uno de los primeros empleados fue Vicent Moll, Vicent Pastanaga; otros trabajadores de Teulada y dos más de Ondara eran los operarios de la fábrica. También trabajaba la mujer de Francisco Martínez, Angelita, y otras mujeres que se ocupaban de la pintura de los juguetes y de cortar y preparar las teles para hacer las velas de las barquillas. En el momento de mayor expansión, había 15 o 16 operarios y a la oficina hacía de administrativa una hija de don Antolín el cartero, Josefina. Las jornadas de trabajo eran, prácticamente, de sol a sol. Y más encara en la larga temporada de fabricación de juguetes que serían vendidos en Navidad y Reyes.
Los juguetes que se fabricaban eran prácticamente todos de madera. Los diseños eran obra de Francisco Martínez, quien tenía una mano extraordinaria para el dibujo y conocía qué eran las tendencias que se llevaban en aquel momento. Se fabricaban camiones, carretas, bueyes, caballos, saltimbanquis, carretas de cuatro ruedas con caballos y bueyes, barcas con velas, etc. Para las niñas se fabricaban “costureros” y, sobre todo, dormitorios y comedores a escala reducida. En otro momento se fabricó cierta cantidad de “topolinos”, los famosos tacones altos de zapatos femeninos. El material usado para la fabricación era casi exclusivamente la madera de chopo y el pino de Galicia, según señala Ivars. Para las barquillas se usaban unas teles blancas que hacían de velas. Solo para algunos modelos de camiones se usaban unas ruedas metálicas que se llevaban de fuera.
La venta más grande de juguetes se hacía sobre todo durante las semanas antes de Reyes aunque a lo largo del año también venían a varios lugares. La parte principal de la producción se destinaba en varios pueblos y provincias del Estado español. Todas estas ventas se hacían por medio de un viajante de la fábrica de juguetes Sauquillo de Dénia, que también representaba en la fábrica de Teulada. Por otro lado, se suministraban juguetes a los almacenes La Alegría de la Huerta de Murcia. En la ciudad de Alicante le servían a los almacenes de Rico, a los cuales le llevaban, en exclusiva, las barcas de vela. Los juguetes se enviaban por tren en Alicante y desde aquí se enviaban al resto de pueblos de España.
Para su envío a los diferentes lugares de destino, los juguetes eran colocados en cajas de madera, generalmente de 80 por 100 por 140 cm. que compraban en los almacenes de José Pastor de Dénia. Los juguetes eran enrollados con papel de Manila, que era fin y no perjudicaba la pintura, y rodeados de paja de arroz, que se llevaba de Pego en carros.
Hacia el año 1957 la actividad va decayendo y despacio la fábrica tiene que dejar de producir juguetes por el gran impacto ocasionado por la entrada en el mercado del plástico. La fábrica de Francisco Martínez no se adaptó a este nuevo producto y muy pronto cerró las puertas. Antes, pero, parte de su maquinaria sirvió por otros menesteres: durante algunos tiempos se hacían botones para las fábricas de marroquinería y “bolseria” de Gata y Pedreguer. También por este tiempo se trituraba algarroba que servía para comer de los cerdos. Y los marineros de Moraira llevaban la corteza de los troncos de pino para triturarla y con ella teñían las redes de las barcas.
Una vez cerrada la fábrica, Francisco Martínez se dedicó a la fotografía comercial junto con sus hijos. Y, además, durante algunos años a la venta de radios y a la electricidad. Él fue el corresponsal de Radio Gandia en Teulada. Muchos de los aparatos de radio que había en las casas se habían adquirido a su tienda.