Violencia y estado moderno: más allá de la agresión física

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  31/01/2025
La revista Aguaits dedica el número de 2024 al periodo 1833-1923

Los investigadores continúan sumando casos de muerte violenta en una etapa de permanente guerra civil

Los crímenes de género supondrían alrededor del 10% de los contabilizados

El Institut d’ Estudios Comarcales de la Marina Alta (IECMA) dedica el número 47 de la revista Aguaits a la violencia y la aparición del estado moderno. ¿Es la violencia causa o consecuencia de la historia?, preguntaba el historiador Ricard Llompart el martes durante su presentación. Él ha coordinado el monográfico de 2024 de la revista, que es el resultado de las primeras Jornadas de Historia de la Marina Alta celebradas en diciembre de 2023. Ocho artículos dan cuerpo a un trabajo que habla de muertes, caciques, bandoleros, contrabandistas, criados y señoritos, donde se aportan nuevos datos y que deja las puertas abiertas a nuevas investigaciones. El análisis va más allá de la violencia entendida como agresión física e incita a la reflexión sobre un tiempo de conflictos, enfrentamientos y muertes que se iniciaron alrededor de 1833 y se alargaron hasta el estallido de la guerra de 1936.

Ricard Llombart, autor del artículo que lleva por título Violencia y muerte durante el asentamiento del liberalismo (1833-1923), remarcó en su intervención que la mayor parte de la violencia está sepultada. Se entiende de una forma o de otra en función de muchas variables, como por ejemplo quién la interpreta y desde la óptica de la sociedad desde la que se contempla. Cultural, estructural, directa o indirecta..., el arte, los hallazgos arqueológicos, las construcciones y la literatura, entre otros, dan testimonio de ella. Aseguraba el investigador que “sin la violencia, el estado moderno no hubiera aparecido” e insistía en que el estado de guerra civil permanente y enfrentamiento entre partidas se da desde 1833.

Los archivos municipales, el archivo del partido judicial de Pego, las hemerotecas, los archivos eclesiásticos y el BOP de Alicante recogen muchos de esos conflictos y muertes y son las fuentes principales de donde beben los investigadores. En el momento de redactar su artículo, Llompart contabilizaba 475 muertes violentas en la Marina Alta entre 1833 y 1923. Serán, sin embargo, más porque continuamente está apareciendo información nueva. Es el caso de dos muertes violentas ocurridas a Tormos en 1870, de las cuales tuvo noticia hace solo unas semanas. Una de ellas está ligada al conocido bandolero Josep de la Tona, que encargó matar a un señorito, Joaquín Ballester, que solo saldría herido. Moriría en su lugar el criado, Josep Camps Ballester, de la Carroja, vecino de Benidoleig. El otro muerto sería Bartolomé Perelló Lull.

Por localidades, las más problemáticas fueron las del interior, como por ejemplo Castells de Castells, las del Valle de Pop, Parcent, Orba o Pego. En proporción a su población, se registran más casos de muertes por violencia que en Dénia. Entre 1833 y 1923, se contabilizan 71 en Pego (el 14%), 38 en Dénia (8%), 19 en Gata, Ondara y Vall de Gallinera, respectivamente, y 18 en Benissa y Castell de Castells (que supondrían el 4% del total en cada caso).

Ricard Llompart hizo mención también del alto número de detenciones y criminales aprehendidos por las fuerzas de orden público. En poco más de seis meses, entre el 6 de marzo y el 24 de septiembre de 1845, se hicieron 822 prisioneros, según compilación el Boletín Oficial de la Provincia de Alicante (BOPA). En el mismo acto de delinquir fueron detenidas 331 personas. Figuran también en el listado reos fugitivos, desertores, trotamundos y ‘mujeres malas’.

Además de violencia política, social o por cuestión de subsistencia, el autor habla también de los crímenes por violencia de género, que supondrían alrededor del 10% de los 475 contabilizados entre 1833 y 1923. Por décadas, entre 1863 y 1872 se registraría el mayor número de muertes violentas, coincidiendo con el Sexenio Revolucionario y La Gloriosa.

Por analogía, el historiador cita casos de conflicto y violencia en otros lugares, como lo Mezzogiorno italiano y Sicilia, y echa mano de fuentes literarias y orales que pueden ayudar a construir una base sólida para la investigación en la Marina Alta.

 

Los ocho artículos

Ricard Llompart es uno de los ocho autores que escriben en la revista Aguaits de 2024. Constituyen un buen grupo de colaboradores que han investigado y aportado luz sobre las claves en el surgimiento de los estados nación, las formas de coacción social en la época, la violencia en el litoral, el nacimiento del cuerpo de carabineros, el contrabando, las familias terratenientes y el reparto del poder o la construcción del estado liberal. Son Jesús Millán, José Luis Luri, Jesús Eduard Alonso, María Dolores Ramírez, Joan Miquel Almela, Antoni Reig i Andrés Jaén. Estos dos últimos, escriben en relación a las actividades paralelas que se organizaron durante las I Jornadas de Historia de la Marina Alta: una ruta del crimen en Dénia y una exposición con dibujos e ilustraciones de Jaén.

Cómo en otras ediciones, la revista de investigación incluye resúmenes en inglés, castellano y francés de cada artículo, así como una relación de las publicaciones del IECMA y una memoria de actividades de 2023. La portada es obra de Anna Llompart Reus.

 

 

En la foto, Ricard Llompart con Antoni Reig, autor de uno de los artículos de la revista. Reig habló en nombre de la presidenta de lo IECMA, Rosa Seser, que no pudo asistir al acto de presentación de la revista.

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