Camisetas y cromos, un valor añadido

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  30/12/2024
Los envoltorios de las cajas de pasa delatan los gustos de una época

Utilizadas para dar riqueza y porte al producto, hoy en día son objeto de coleccionismo

 

Un rico vocabulario envuelve el mundo de la pasa en la Marina Alta. Palabras como escaldar, caldera, cassa, falçó, lleixiu, canyissos, riurau o pilons pueden resultarnos más o menos familiares. Pero no todo el mundo conoce la existencia de las camisetas, aquellos envoltorios de papel que se colocaban en el interior de las cajas para que el producto no se estropease. Esa era su función. Ahora bien, la rica ornamentación que en muchas ocasiones se les dio las ha convertido en pequeñas obras de arte. Son lo que se conoce como ephemera, dibujos o representaciones gráficas de corta vida, que no han sido pensadas para su permanencia en el tiempo. No dejan por ello de tener un valor artístico, por el diseño, la calidad y el uso de la técnica, el litografiado. También porque son representativas de un periodo y una época. A través de ellas podemos conocer cuáles eran los gustos del momento. Pero, además, nos pueden ofrecer más información.

            Junto a una colección de camisetas de las cajitas de pasa se exhiben en el Museu Etnològic de Dénia una serie de cromos con imágenes similares. La diferencia entre unas y otras es clara. Las camisetas abrazan el producto con varias solapas, que es donde figuran los dibujos, y se colocan en el interior. Los cromos van normalmente encima de la caja y a veces en el interior, sobre las pasas, sin llegar a abrazarlas.

            Jessica Agulles explicaba el lunes en una de las visitas guiadas organizadas por el Área de Arqueología y Museos del Ayuntamiento de Dénia que camisetas y cromos conferían riqueza al producto, un valor añadido que era signo de calidad. No todas las cajas de pasa los llevaban. Solían utilizarse en ocasiones especiales, como la Navidad, o cuando se quería hacer un regalo.

            Son habitualmente cromolitografías, impresiones de vivos colores en las que se utilizan varias planchas. Procedían sobre todo de talleres de Málaga y Valencia. Las hubo también en blanco y negro, sobre todo en la época de declive de la industria y el comercio de la pasa, cuando empezó a extenderse la filoxera.

En las estampaciones, que podían utilizarse con fines distintos -etiquetas de naranjas, para cajas de galletas, etc.- se aprecian distintas calidades y temas muy recurrentes. Por norma general son más abundantes las imágenes de mujeres que de hombres, aunque entre gitanas, flamencas y falleras se cuela algún famoso torero que cedió su imagen para este tipo de ilustraciones. Se reproducen también dibujos modernistas, alejados del tipismo anterior y propios del parisino Art Nouveau, así como imágenes goyescas. Veremos motivos japoneses y chinescos, florales, oníricos, hadas, mariposas… algunos con tal precisión técnica que recuerdan a los dibujos al óleo.

Adornadas con blondas, muchas veces doradas o plateadas, las camisetas guardaban un espacio para el nombre del producto o de la empresa que lo comercializaba. En algunas, como indicaba Agulles en la visita, el nombre aparece traducido al inglés (Richard en lugar de Ricardo), un reflejo del mercado al que iban destinadas mayoritariamente las pasas de Dénia y de la Marina Alta. Como curiosidades, exhibió un cromo con una partitura de música por el reverso y también una camiseta en la que aparece una imagen de la calle Marqués de Campo de Dénia. Esta última podría haberse estampado en la ciudad a partir de los años 20, cuando se estableció la Imprenta Esquerdo, la primera de la ciudad.

Las imágenes son atractivas y reflejan el ideal de belleza femenino de la época. Son signo de lujo y refinamiento y en algunos casos aparece el nombre del autor. Creadas como obras efímeras, hoy en días son objeto de coleccionismo.

            Quienes estén interesados en el mundo de la pasa, un monocultivo en el que se volcó toda la comarca, pueden acercarse al Museu Etnològic de Dénia. Conocerán también algunos detalles de cómo era la vida en una capital burguesa de finales del siglo XIX y principios del XX, un momento histórico en el que, una vez más, el puerto y el mar jugaron un papel determinante.

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