Los vecinos de Les Rotes afectados por la instalación de una antena de telefonía móvil no ven otra opción que desmantelarla

Afirman que los trabajos para colocar la torre de 30 metros incumplen la ley 

“Las antenas no tienen que colocarse ni ahora ni nunca”. Este es la exigencia de los vecinos de Les Rotes afectados por la colocación de una torre de hierro de 30 metros, donde una compañía de telefonía móvil tiene previsto instalar una antena para dar servicio a la zona. Dicen que la única solución al problema es desmantelar la estructura, aunque van a mantener una reunión con la concejala de Territorio, Maria Josep Ripoll, que afirmó su voluntad de llegar a un acuerdo. 

Los vecinos acudieron el martes a la reunión de barrio para denunciar que las obras de la torre, realizadas en una parcela privada, son ilegales. La concejala puntualizó que la ley general de telecomunicaciones permite sustituir la licencia por una declaración responsable. Pero el arquitecto Alberto Morera explicó que en este caso sí que es necesario el permiso del Ayuntamiento porque la empresa ha realizado cimientos y un movimiento de tierra, tal como señala la ley urbanística valenciana. Por ello, instó a Ripoll a declarar la ineficacia de dicha declaración. Además, el vecindario considera que habría que pedir un informe al Parque Natural del Montgó porque la torre se encuentra dentro del espacio protegido y de calidad paisajística elevada.

Los asistentes a la reunión se quejaron de no haber recibido respuesta de Ayuntamiento a un escrito remitido el pasado mes de noviembre para exigir la paralización de los trabajos. Reiteraron que la antena de 30 metros supone un gran impacto visual y una pérdida del valor de sus propiedades. Además, expusieron que la base la columna metálica tiene alrededor de 1,80 metros de lado y que no se cumplen los retranqueos mínimos para una instalación de esta envergadura -unos 30 m- “ni se van a poder cumplir por el tamaño de la parcela”. 

Una de las vecinas aseguró que, “como sabían que no queríamos la antena, han estado trabajando hasta los domingos por la noche, con focos y todo, para ir a toda prisa y colocarla”. “Lo mínimo”, añadió, “es que los que tenemos que convivir con eso tendríamos que haber podido opinar”.