Vaersa cambia el talante y acepta negociar la venta de acciones de la planta de transferencias con los ayuntamientos

Los nuevos representantes de Vaersa quieren imprimir un cambio de estilo en la gestión de la planta de transferencias de La Xara durante la nueva legislatura. Lo pusieron de manifiesto el jueves durante las reuniones de la junta general y del consejo de administración de la empresa que gestiona la planta, donde hubo un clima de entendimiento para buscar soluciones consensuadas a los problemas heredados de la anterior legislatura. Entre ellos, la venta de las acciones de Vaersa, por la que los ayuntamientos han mostrado interés ya que quieren evitar que caiga en manos de terceros.

Otro de los asuntos polémicos son las cuentas de 2013 y 2014, que siguen sin aprobarse y que han generado litigios y reclamaciones por parte de la Generalitat. Los miembros de Vaersa, que tienem la mayoría del capital de la empresa que acudieron a las reuniones, celebradas en el Ayuntamiento de Dénia, se mostraron dispuestos a estudiar este espinoso asunto a partir del mes de septiembre. El problema de fondo es que Vaersa y los ayuntamientos no se han puesto de acuerdo sobre quién tiene que pagar las facturas pendientes por valor de 1,4 millones, generados por el uso del vertedero de El Campello. Los anteriores gestores de Vaersa no querían asumir parte de la deuda al considerar que corresponde a los ayuntamientos porque al fin y al cabo son los que utilizan el vertedero. En cuanto a la enajenación de las acciones de Vaersa, en cumplimiento de un mandato de la Generalitat, los ayuntamientos opinan que el valor de la empresa se ha generado gracias a su esfuerzo y no al de la Conselleria.