La última casa de piedra y mortero de Vall de Ebo hace 100 años
Una jornada de talleres, música y actividades tradicionales en torno a la casa de los Vicens rinde homenaje al pasado
"Edificadas con sudor y pocas pesetas, estos inmuebles son un lujo y un patrimonio que hay que conservar"
J.J. MAS
La casa de los Vicens en Vall de Ebo cumple 100 años. El suyo es un centenario especial. Pocas casas de piedra y mortero que tengan más de una centuria quedan abiertas a la comarca. Su actual propietario -heredero de cuatro generaciones precedentes- ha organizar una jornada de puertas abiertas el próximo sábado que ponga en valor la trascendencia antropológica de este tipo de construcción tradicional en el interior de la Marina Alta.
La vivienda, ubicada al final de la calle que lleva un nombre tan evocador como Las Eras, fue construida por el bisabuelo paterno, Jaume, más de diez años antes de que aquella primigenia carretera que llegaba desde Pego y que supuso el cordón umbilical por a unir esta pequeña ciudad con el tráfico del resto de la Marina Alta. Transformada hoy en la actual CV-712, la casa veía la luz en 1918.