La obra de un gran desconocido
Pocas semanas antes de que se cumpla el primer aniversario de la muerte de Antoni Mahiques Lattur (Dénia, 1948-febrero de 1924), la ciudad que inmortalizó en sus cuadros salda una deuda con el pintor que, recluido en su casa de Les Rotes, ha pasado desapercibido en los últimos años. Mahiques Lattur ha pintado como nadie, y de mil maneras, el castillo de la ciudad. Ha sido un pintor de paisajes, pero no solo eso. Su obra tiene también una fuerte carga ideológica, simbólica y de denuncia. Gran retratista, una cuidadosa selección de sus trabajos se puede contemplar desde en el Centre d’Art l’Estación de Dénia hasta el 16 de febrero. ‘El mundo mágico de Toni Mahiques Lattur’ se acerca al gran público.
“Si no hubiera tenido ese carácter, hoy su obra estaría en el Reina Sofía”, comentaba Toni Ortega, uno de los comisarios de la muestra. Él lo conoció personalmente y asegura que, sobre todo, era una persona abierta a colaborar con todo el mundo. Ahora bien, no le gustaba el protagonismo y no se llevaba demasiado bien con los marchantes de arte. “Era un bohemio, no era un hombre de negocios”, precisa. Puede que por eso vivió bastante apartado de los circuitos del arte. Para muchos todavía es, a estas alturas, un gran desconocido. A pesar de que “media Dénia tiene cuadros suyos”, indica. Una prueba más de su generosidad.
Mahiques Lattur fue un pintor muy activo en la década de los 70. Estudió dibujo y pintura en la Escuela Superior de València y perfeccionó conocimientos en Granada y en París. Fue uno de los artistas que expuso en la inauguración de la Casa de Cultura de Dénia, en 1973. Participaría, ganaría y recibiría mención especial en algunos certámenes de la época, como el premio Nacional de Pintura Ciudad de Dénia.
Dispuesto siempre a participar en toda aquello que se le propusiera, Toni Mahiques hizo los decorados de la obra ‘Històries d’un Poble’ para el Grup de Teatre Llebeig. Asesoraría también a José Carrasco en el montaje del Museo Arqueológico en la cima del castillo, recuerda Ortega.
El artista, que no escondió nunca su valencianismo ni su antimilitarismo, formaría parte del mundo intelectual de la ciudad y compartiría con sus amigos Josep Antoni Devesa y Josep Bertomeu muchas tertulias y razonamientos. Más recientemente, en 2016, haría la portada de la novela ‘Capvespre’ para su gran amigo Bertomeu, con la familia del cual lo unió una gran amistad hasta los últimos días.
¿Por qué es Mahiques Lattur un grande desconocido? “Por voluntad propia”, responde Toni Ortega. Lo define como una persona muy trabajadora que no quiso nunca destacar. Quizás es ese el motivo por el cual ha sido un artista “no suficientemente valorado”. Su producción es, no obstante, muy extensa y daría para organizar nuevas exposiciones monográficas, asegura el impulsor de la muestra que hoy nos ocupa.
La muestra
Ramón Pérez Carrió ha sido el otro comisario de una exposición organizada sin una sucesión cronológica. La muestra se abre con una galería de retratos de amigos, familiares y conocidos “que reflejan la intimidad personal de Mahiques Lattur”, explica el artista de Pedreguer. A su lado, las obras utilizadas como portada del libro de Josep Bertomeu. Su hijo, Joan, asegura que Mahiques fue el mejor amigo de su padre y se convirtió, prácticamente, en un más de la familia.
La visita por la sala de exposiciones permitirá al visitante descubrir la pintura metafísica y simbolista de Toni Mahiques: paisajes mitológicos y románticos, “algunos de ellos con figuras del mundo clásico que nos transportan a atmósferas oníricas impregnadas de magia”, comenta Pérez Carrió. En segundo lugar se agrupan las obras donde Dénia cobra protagonismo, “con el castillo como referente de una pintura con un tratamiento personal y mucha carga expresiva”. La pintura ideológica y política, que ocupa un tercer espacio, refleja su compromiso social y su formación intelectual. La última parada son las obras de síntesis abstracta, “donde se preocupa de los lenguajes pictóricos y se atreve a extraer esos cromatismos y texturas informales que permanecen en el trasfondo de todo su trabajo para darle protagonismo a la sensibilidad y a la reflexión”.
Los cuadros y dibujos forman parte de colecciones privadas. Se incluye también un cuadro del castillo que permanece colgado en el despacho de la alcaldía de Dénia. Otras obras suyas han decorado las paredes de la Residencia Santa Llúcia, explica Toni Ortega: dos cuadros regalados por el artista y uno adquirido por el ayuntamiento en su día.
Toni Mahiques Lattur hizo su última exposición en la Galería Montgó de Dénia. Abandonó el mundo de la pintura para cuidar su madre y poco a poco se apartó de la vida social de la ciudad. La pérdida de los mejores amigos, los problemas con la visión y el desencanto con la situación política influyeron en su decisión. Recluido en su casa de Les Rotes, mantuvo no obstante la amistad y el contacto con algunos conocidos y sobre todo con la familia Bertomeu-Castelló.